El mes pasado se celebró el Certamen Coreográfico Internacional Burgos & Nueva York tuvo lugar en Burgos, España, transformando la ciudad en epicentro de la creación coreográfica internacional y plataforma para nuevos talentos de la danza.
Entre el 13 y el 29 de julio, artistas de 17 países diferentes se reunieron para mostrar su talento coreográfico en diversos géneros de danza, desde la contemporánea a la urbana.
El certamen está organizado por el Ballet Contemporáneo de Burgos, en colaboración con el Instituto Municipal de Cultura y Turismo del Ayuntamiento de Burgos, el Ministerio de Cultura y Deporte y la Junta de Castilla y León. Fue dirigida por el coreógrafo español Alberto Estébanez.
El Ballet Contemporáneo de Burgos utiliza una tarima de danza Harlequin Flexity con un tapiz de danza Harlequin Cascade. También bailan sobre el tapiz de danza Harlequin Studio.
La final del Certamen Coreográfico Internacional se celebró el 29 de julio en el Teatro Principal de Burgos. El jurado estaba compuesto por Goyo Montero, coreógrafo y director del Ballet de Núremberg. Concedieron los siguientes premios:
- Primer premio (9.000 euros): Raíz’ de Chey Jurado
- Segundo premio (6.000 euros): «Continuum» de Niosbel Osmar González Rubio
- Tercer premio (4.000 euros): «La conversación», de Matteo Patruno y Alessandra Ruggeri
- Cuarto premio (3.000 euros): «Da Lontano» de Juan Tirado
- Quinto premio (2.000 euros): «Afterthought» de Marioenrico D’Angelo
- Premio del Público (1.000 euros): «Continuum» de Niosbel Osmar González Rubio
- Premio Joven Compañía de Danza (dotado con 2.000 euros): «Trance entre aguas» de Sendoa Carricajo de la Fuente
- Premio Centro Coreográfico de La Gomera. Afterthought» de Marioenrico Angelo y «Trance entre aguas» de Sendoa Carricajo de la Fuente
- Premio SóLODOS de Danza: Latente de Ana F. Melero
Todos los bailarines que llegaron a la final del Certamen Coreográfico Internacional bailaron sobre el tapiz de danza Harlequin Reversible.
Teaser: El Certamen Coreográfico Internacional Burgos & Nueva York convirtió a Burgos en un epicentro de la creación coreográfica internacional y en una plataforma para los nuevos talentos de la danza.